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El despertar de los boomers

E

Es difícil conseguir que un hombre entienda algo cuando su salario depende de que no lo entienda

Upton Sinclair

Los lectores más jóvenes de esta niusleta eran pequeños y no recordarán esto, pero cuando hubo el movimiento del 15-M, lo que nos dijeron los boomers fue: “Ya era hora. Parecíais una generación dormida. Hacéis bien en protestar para que os den lo vuestro”.

Detrás de esas tres frases se encuentra la mentalidad boomer: Cada generación debe hacerse con lo suyo (y sólo por lo suyo), y la forma de lograrlo es protestar. Si no, no se consigue nada.

Es protestando como se consiguen las buenas condiciones de vida, porque las buenas condiciones de vida las tienen los poderosos guardadas en una caja de puros y sólo las reparten como migajas desde lo alto cuando se queman cosas en la calle.

El boomer no concibe la violencia en la calle y la protesta como una vía para cambiar las cosas, sino como una vía para que, siguiendo todo igual, él salga ganando en el reparto existente. No busca el cambio, busca el acomodo.

Exige, no se rebela.

El boomer protesta como protesta un niño pataleando en los pasillos de un supermercado para que la madre le compre lo que quiere. Y por las mismas razones.

Durante décadas han pataleado para conseguir mantener su nivel de vida y su velocidad de crucero en una vida plácida, aunque eso fuese a costa de las futuras generaciones.

Te llaman mimado a ti, milenial, Z, pero no hay generación más infantilmente egoísta que la boomer.

Con “protestad para que os den lo vuestro” lo que querían decir es “continuad con la estafa piramidal”.

Pero las estafas piramidales no duran para siempre.

Estos días ha sido delicioso ver a tantos boomers clamando al cielo por el recorte de las pensiones.

¿Cómo le van a recortar a Elisa Beni la pensión con todas las veces que ha dicho que eso no iba a suceder? ¡Si lo dijo muy fuerte y muy convencida!

Los mismos que dicen que a los jóvenes no se les debe nada por mucho que hayan hecho lo que se les dijo que debían hacer son los que patalean porque van a perder unos privilegios que sabíamos desde hace décadas que no eran sostenibles.

Ojo. No me alegro de que alguien vaya a tener un futuro menos plácido del que esperaba. Me alegro de que los boomers dejen de vivir en una fantasía y se enfrenten al mundo real.

Eso que se pasan el día exigiéndonos.

Lo cierto es que los milenials y Z sólo hemos conocido la crisis y el sometimiento. Salvo los milenials más mayores, no hemos tenido ningún periodo sostenido de crecimiento económico. No hemos tenido un solo momento en el que la perspectiva del mañana fuera mejor que la del hoy.

Nosotros nos hemos enfrentado al mundo real. Ese mundo real de paro, deuda, precariedad, inestabilidad, falta de futuro, ansiedad y depresión. No hemos conocido otra cosa. Y hemos recibido o desprecio o indiferencia.

Mientras tanto, el boomer que no nos dice que trabajemos, nos dice que protestemos. El boomer se cree que lo que tiene lo tiene porque se lo ha trabajado o porque lo ha protestado. O una mezcla de ambas cosas.

No concibe que haya estado viviendo en una fantasía. En un teatro que no era sostenible. No concibe que haya estado viviendo a crédito, endeudando a sus hijos y nietos.

Pero así ha sido. Y ahora toca pagar la factura.

Las pensiones han vuelto a quebrar, regocijémonos.

Es cierto que es una putada, porque que los boomers vean reducida su pensión significa que nosotros no vamos a tener. Pero eso ya lo sabíamos. Bailemos.

Nos dicen que protestemos junto a ellos por sus pensiones. Que sus pensiones son nuestras pensiones. No se dan cuenta de que ningún joven confía en tener pensión. Vivimos con ello. Lo tenemos aceptado desde hace lustros.

Ellos siguen en su fantasía, porque no se han enfrentado al mundo real como sí lo hemos hecho nosotros. Viven en su fantasía. La fantasía de la cajita.

La fantasía de la cajita es esa en la que vivían los boomers, creyendo que lo que ellos cotizaban se guardaba en una cajita y que luego se les devolvía al jubilarse.

Se ha explicado mil veces que un sistema de reparto no funciona así. Pero era mejor hacer ver que no se había escuchado la explicación. Boomer que no ve, pensiones que no se resienten.

Esto es importante: No es que no fueran conscientes. Es que no querían serlo.

Preferían cerrar fuerte los ojos y no ver la realidad. Hacer lo contrario habría implicado hacer sacrificios, y, léeme bien, porque esto se dice poco: Los boomers son la generación menos sufrida y menos sacrificada de la historia.

Para ellos todo vino rodado desde que nacieron. Todo fue fácil. Es normal que no quisieran enfrentarse a una realidad dolorosa. Supongo que tampoco sabían cómo hacerlo. La falta de experiencia.

Pero, como era inevitable, les ha pillado el toro.

Ahora quedan otras fantasías boomers que hay que abordar. Se me ocurren tres:

Primera, el sistema laboral. Buena parte de la precariedad que sufren los jóvenes viene de la situación de privilegio de los boomers. No renunciarán a ellos para que los jóvenes accedan al mercado laboral. Hablo del boomer que se toca los huevos en la empresa a sabiendas de que no sale a cuenta echarlo, mientras ve cómo rotan los chavales cada tres meses.

Segunda, la deuda. El tren de vida boomer exige un Estado elefantiásico con pensiones, sanidad y educación (los grandes mantras del boomer) y chiringuitos para colocar a todos aquellos que se sacaron unas oposiciones para no volver a trabajar en su vida. Un Estado así sólo puede financiarse con deuda. Deuda que no pagarán ellos.

Tercera, la vivienda. En realidad, a día de hoy, del problema de la vivienda el boomer no es responsable. Ellos se compraron una vivienda y bueno, bien está. El problema es que los intereses de los jóvenes son contrarios a los del boomer. Necesitamos viviendas, y construirlas implica devaluar el activo inmobiliario del boomer. Habrá que ver qué pasa con eso. Si es que algún día nos da por abordar el asunto, claro.

Confío en que, poco a poco, todas esas ilusiones en las que vive el boomer, todas esas prebendas de las que disfruta, todos esos fraudes perpetrados contra los jóvenes desaparezcan.

Confío en que el contrato social que ha mantenido al boomer callado y servil se rompa.

Queda por ver qué harán los boomers.

Los fachitas lo tienen claro: Antes de perder un euro de pensión, endeudan hasta las cejas a sus hijos y meten diez millones de negros en España para que sostengan las pensiones con salarios de mierda, aunque eso deje como legado un país roto.

Yo aún confío en que la caída del guindo que supone las pensiones les haga replantearse las cosas. Que dejen de decir desde sus despachos universitarios a los jóvenes que nuestro problema es la falta de esfuerzo.

Estaría bien que así fuera. Al fin y al cabo, son nuestros padres y tíos.

sobre el autor

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Soy Antoño, el Gran Orangotán Cósmeco. Me gusta la política, la filosofía, la psicología, el marketing y los negocios. Si estás leyendo los contenidos de esta web, probablemente ya me odies. Si no es así, suscríbete a la lista de correos.

3 comentarios

  • Veo más grises que el blanco o negro que planteas.
    Tengo 45 años, por lo que no debo ser un boomer ni un milenial.
    Por suerte he trabajado toda mi vida sin pisar el paro, me fui 5 años al extranjero a trabajar y volví.
    He visto gente «jubilada de currar» en mis empresas a partir de 50 años, el curro lo sacabamos los de 20-30-40.
    Ellos disfutan de puestos muy bien pagados a base de pluses de antigüedad y convenios peleados.

    Los boomers de los años 40 y 50 fueron los que pelearon por las condiciones laborales que ahora tenemos, quizan has empeorado, pero sin aquellas huelgas nos estariamos comiendo los mocos los demas, no se os olvide.

    Sin duda tanto en la empresa privada como en la administración publica hay mucha gente tocándose el higo sabiendo que no los pueden echar por el pastón que eso supone.

    Los nacidos en los 70-80 pudimos todavía encontrar buenos sueldos en los primeros años 2000.
    Ahora los ingenieros entran con suerte a trabajar de mileuristas.

    La EGB, el BUP, COU y hasta la FB en nuestros años era exigente, habia que currárselo. A mi me dieron una hostia en el primer trimestre de la carrera, no era fácil, había que espabilar.
    Y saqué la carrera en tres años porque dependia de las becas para poder seguir. Curré todos los veranos en el campo. Mi primer avion lo cogi con 26 años. Mi mes de vacaciones a Irlanda a mejorar mi inglés.

    Tengo contacto con mis antiguos profesores y me dicen que el nivel ha bajado muchísimo, no hay cultura del esfuerzo y los padres… ojo los padres… mi chiquillo tiene que pasar de curso… cuidadín.

    Muchos milenials han viajado a media Europa antes de cumplir 18, no curran los veranos, tienen dos videconsolas, su paga semanal y su ropa de marca.

    Los boomers cogieron su primer avión con suerte con 40, las vacaciones si las habia eran una semana de apartamento y tapers en la costa y mucho curro porque tambien compraron su casa y criaron a sus hijos. Siempre con menos tontería que la actual. Ir al rio los domingos de verano era un planazo.
    Antes los SUV eran los 4L y las berlinas el supermirafiori.

    El milenial que es currela y comprende la jugada tiene más posibilidades de conseguir mejor curro. Muchos viven en su zona de confort. No los culpo, malcriados por sus padres y el sistema amable de educacion.

    Los que llegamos a mejores sueldos sufrimos unos precios de los pisos de casi el doble que los actuales.
    No busques un duplex en la zona de moda de la ciudad, comprate un apartamento a reformar y lo vas reformando cuando puedas o vive de alquiler.

    Yo comparti piso en el extranjero. No se vive mal y permite ahorrar.

    Has pensiones de 2500 euros y pensiones de 700. A los de 700 se les debe de subir y a los de 2500, segun su renta bajar.

  • Yo igual, ni boomer ni millenial.

    Los boomers les han pagado las pensiones gordas a sus padres a la vez que sacaban adelante brillantemente a la generación más infantil y privilegiada de la historia de España. Lo único que han aportado los millenials como propuesta ha sido Podemos, que ya me dirás.

    Y tomo asiento, que te quiero ver desfilar dentro de 20 años. Ya verás las risas.

antoño orangotán epistemología, semiótica, emprendimiento, marketing…