El deporte es guerra refinada. El sexo es lucha y dominación. Los negocios son estrategia militar. La política es conflicto.
Vida y guerra son lo mismo.
Puedes tener a Ares y su séquito en frente, o puedes tenerlo a tu lado.
Piénsalo.
¿Cuántos imbéciles hay vendiendo cursos y libros sobre cómo El Arte de la Guerra puede ayudarte a prosperar en tu negocio?
Los Macas son igual de útiles que Sun Tzu.
¿Es que nadie va a pensar en los Macas?
El grito de guerra, el fragor de la batalla, la confusión, la embestida, la retirada, la persecución, el coraje guerrero… Todo ello tiene su paralelismo en el mundo de los negocios.
Metafóricamente, claro.
Cuando suena tu eslogan, ¿tu competencia se ríe o se acojona? ¿Qué grito de guerra es más fuerte? ¿Quién está acometiendo y quién está en retirada? ¿Dónde dirías que está Apple? ¿Quién tiene la cabeza fría en la confusión en la batalla? ¿Quién está dispuesto a perseguir y aniquilar al otro? ¿Quién se está dejando el alma? ¿Quién tiene más coraje? ¿Tú o el indio que pica código 14 horas al día?
En fin, solo son algunas preguntas. Algunas lecturas de esas metáforas.
Los Macas están ahí. También en el amor. En el fútbol. En un debate.
Tenemos miedo a lo que representan. Herencia cristiana. Pero lo que representan está dentro de nosotros.
Es necesario reconciliarse con ello.