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Mensaje a 2030

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No puedes hacer cambios rápidos y drásticos en la tecnología y en la economía de la sociedad sin causar cambios rápidos en todos los otros aspectos de ésta, y esos cambios rápidos inevitablemente rompen los valores tradicionales

Theodore Kaczynski

La niusleta de hoy pretende imaginar 2030 a partir de las tecnologías que haya generalizadas en ese momento. No es tan importante la tecnología en sí, sino las derivadas que pueden surgir de ella.

Este es un ejercicio que me gusta hacer con cualquier cosa. La pregunta del “¿Qué pasa después?”. Tanto si aciertas como si no, te ayuda a ejercitar un músculo que rara vez se ejercita: El de ver más allá de lo obvio.

Tampoco es tan importante si la tecnología en cuestión estará generalizada al 100% en 2030 o si lo estará en 2028 o en 2035. No va de clavar la fecha. Ni siquiera es especialmente importante si, finalmente, esa tecnología jamás llega a generalizarse.

La gracia está en pensar cómo será el mundo con esa tecnología funcionando.

Por supuesto, estas previsiones fallan más que una escopeta de feria. Pero es divertido. Así que vamos a jugar.

Además, si fallo, no pasa nada. Pero, si acierto, dentro de 10 años se me verá como un gurú. Es una apuesta ganadora.

Vamos allá.

Robotización y automatización

Lo primero, que ya vemos a día de hoy pero que irá a más y que debo mencionar para continuar con todo lo demás, es la robotización y la automatización.

Se calcula que entre un 15 y un 30% de la fuerza laboral mundial perderá el trabajo que venía ejerciendo por culpa de la robotización y la automatización. A mí me parecen cifras conservadoras que no tienen en cuenta la evolución exponencial de la tecnología.

Por supuesto, esta gente no se quedará con una mano en cada huevo ni viviendo de una paguita del Estado. Quizá algunos países instauren una renta básica (es algo que en esta niusleta defendemos), pero eso es inviable a nivel mundial y menos para 2030.

Lo que sucederá es que acudirán a otros tipos de trabajos. Más abajo comento cuáles creo que serán. Pero, antes, hay que comentar un par de puntos que agravarán lo comentado en este primer punto.

Por supuesto, en un primer momento, la brecha entre ricos y pobres antes de redistribuciones irá en aumento, al intensificarse el factor capital en la producción. Sin embargo, esta brecha, al menos en consumo, tenderá a descender a medida que se democraticen ciertas tecnologías (de las que también hablaré).

¡Ah! Se me olvidaba. Stop eso de creer que sólo los puestos de menor cualificación serán sustituidos. No. Serán sustituidos algunos empleos que hoy son de alta cualificación y otros que son de baja cualificación, permanecerán.

La cuestión aquí no es si un trabajo es o no es cualificado, sino si es o no es automatizable. Son dos cosas muy distintas.

Internet generalizado hasta en las aldeas africanas más remotas

Ya hay varios proyectos que buscan llevar internet a todo el mundo. Facebook, Google o Elon Musk están en ello. De hecho, la propuesta de Elon Musk, Starlink, parece ser la que lleva la delantera.

Sea quien sea el que se lleve el gato al agua (es un negocio de miles de bitcoins), lo cierto es que tendremos internet rápido y de buena calidad en todo el mundo. Cuando no sea por la fibra (ciudades), lo será por estos sistemas nuevos (pueblos).

Actualmente un 45% de la población mundial vive en pueblos. Que, si ya te llega mal el internet en un pueblo de España, imagínate en un pueblo de Nigeria o Laos. Actualmente, esa gente está fuera de la gran mente colmena que es internet.

Son más de 3300 millones de personas que no pueden trabajar online, que no pueden estudiar en internet y que tienen dificultado el acceso a nuevas ideas a nivel cultural, social o político.

En 2030, esta gente se añadirá a la mente colmena, multiplicando por varios órdenes de magnitud la fuerza y la capacidad de la humanidad (el crecimiento, aquí, no es lineal, y menos al casi duplicar el input).

¿Qué podemos esperar de que esto suceda? Probablemente:

  1. Revueltas y cambios en regímenes políticos. Fin de los señores de la guerra en África. Estabilización (que no homogeneidad necesariamente) de los regímenes políticos tras un periodo de convulsión.

  2. Multiplicación de la fuerza laboral en todo el mundo (requiere del siguiente hito tecnológico que mencionaré).

El segundo punto es importante. Veremos una profundización en el elefante de Milanović. Las clases medias occidentales se empobrecerán relativamente y todas las clases en las regiones más pobres prosperarán, especialmente en África.

En ciertos países (e, incluso, regiones enteras) se dará la paradoja de que se desarrollarán antes online que offline. Primero vendrán las infraestructuras online y, después, las infraestructuras físicas.

Veremos negocios multinacionales nacidos no ya en garajes, sino en chabolas con suelos de arena.

Esto durará relativamente poco. Las infraestructuras llegarán pronto. Pero habrá un periodo de transición en que esa imagen ciberpunk se dará.

Traducción instantánea de audio de buena calidad

Lo anterior podría ser suficiente por sí mismo, pero estará potenciado por la tecnología de traducción instantánea de audio de buena calidad. Cualquier persona en cualquier parte del globo podrá comunicarse con cualquier otra persona sin barrera idiomática.

Esto profundizará en los puntos mencionados antes. Facilitará el trabajo remoto y la deslocalización a niveles que harán que lo de hoy parezca un chiste.

Trabajos actualmente muy bien pagados, como el desarrollo de software, se devaluarán considerablemente cuando entren en el mercado jóvenes bangladeshíes, burundianos o murcianos.

Además, una vez tengamos la tecnología para hacer estas traducciones de audio en tiempo real, no parece descabellado que se pueda insertar en un aparato cual sonotone. Si esto sucede, la migración se multiplicará.

Y no sólo se multiplicará de países pobres a ricos (que es lo obvio), sino también de países ricos a pobres, en busca de mejor clima y precios más bajos al no haber barrera idiomática y al facilitarse tan sustancialmente el teletrabajo.

Este desplazamiento bidireccional reducirá ligeramente las desigualdades (aunque no tanto como para compensar las que se originarán por todos los demás puntos) y propiciará, en un primer momento, actitudes de reclusión étnica y nacionalista, para, después, dejar paso a un inevitable cosmopolitismo (con pequeñas excepciones que mencionaré al final de la niusleta).

Impresión 3D (casi) general

La impresión 3D es the new big thing desde hace 10 o 15 años. Tuvo su hype hace 4 o 5 años y ahora está todo calladito. Pero sigue avanzando. Mi apuesta es que a lo largo de esta década la impresión 3D mejorará hasta poder imprimir casi cualquier cosa.

Probablemente, sea inviable que cada uno pueda imprimir en su casa lo que quiera, porque se necesitarán diferentes tipos de impresora, diferentes tipos de materiales, etc.

Lo que creo es que habrá copisterías de impresión 3D. Centros especializados en el tema al que acudes para que te impriman algo. Incluso podría haber algún modelo de suscripción o, por los beneficios sociales que generará, algún tipo de subvención pública.

La cuestión aquí es que casi cualquier cosa podrá ser imprimida. ¿La comida? Seguramente, no. ¿La ropa? Desde luego. ¿Pistolas? También.

No creo que la posibilidad de imprimir cosas ilegales suponga un gran drama. Primero, por lo dicho: La impresión no se hará en la casa de cada cual. Y, segundo, si alguien quiere acceder a armas ya puede hacerlo. Si no se hace es porque no se quiere.

Al poderse imprimir casi cualquier cosa a la vuelta de la esquina, nos encontraremos con algunas consecuencias interesantes:

Primero, buena parte de la logística se va a tomar por culo. La principal amenaza de los camioneros no son los vehículos autónomos, sino la impresión 3D.

Ya no es que no sea necesario que te envíen un bien desde China, con todo lo que ello implica en logística. Es que todos los pasos logísticos previos para hacer llegar los materiales a las distintas fábricas también se verán afectados. La logística se pegará una buena hostia.

Segundo, la demanda de ciertos materiales subirá enormemente (los que se utilicen como materia prima en la impresión 3D). La de otros, bajará (los que sean sustituidos por los materiales que se utilizan en la impresión 3D).

Tercero, la brecha en la desigualdad de consumo descenderá, porque el abaratamiento de acceso a cualquier tipo de bien que se conseguirá con esta tecnología será brutal.

Cultivo vertical, grillos y carne artificial

Lo de la carne artificial no sé qué tal está actualmente. No sé si para 2030 será una realidad. Pero da igual, si no es para 2030, será para 2040. Junto a ella, veremos un auge del cultivo vertical y la generalización de comer insectos como fuente de proteínas.

La consecuencia más notable de esto será que, por primera vez en la historia de la humanidad, nadie morirá de hambre ni habrá malnutrición. Esto sólo es una profundización en una tendencia que ya lleva en marcha décadas. No debe sorprendernos.

Otra consecuencia será la disminución de la carne real. Por motivos económicos e ideológicos (probablemente, disfrazados de interés de salud pública y ecologismo), la carne pasará a ser un bien de lujo. Se le añadirán impuestos hasta hacer de la carne un bien como el tabaco.

Los antiespecistas seguirán oponiéndose a la carne artificial. No sólo porque aún se necesiten animales en su fabricación (se utiliza suero fetal animal, según tengo entendido), sino porque aceptarla les quitaría su razón de ser. Buscarán justificaciones a su oposición, como que comer carne artificial sigue siendo violencia simbólica y vainas así.

En cualquier caso, lo importante en este punto es entender que cualquier persona podrá estar bien nutrida por precios muy bajos (más allá de lo que nos parezca comer tacos de grillos con lechuga hidropónica y carne de laboratorio).

Teletrabajo

El teletrabajo también irá al alza. Los trabajos más manuales quizá no se puedan hacer desde casa, pero mucho trabajo de oficina, sí. Esto tendrá consecuencias interesantes, y más si lo juntamos con lo que hemos ido viendo en los puntos anteriores.

Lo primero y más obvio es que el precio de las oficinas bajará. Es de esperar que parte de esas oficinas deje de ser rentable y se transformen en viviendas. Y, teniendo en cuenta que las oficinas están en las ciudades, eso aumentará la oferta de vivienda en la gran ciudad.

Junto a eso, el hecho de poder teletrabajar hará que muchas personas que, actualmente, sólo viven en la ciudad por motivos de trabajo, puedan moverse a ciudades más pequeñas o pueblos, con precios de la vivienda más bajos.

Esto hará que el precio de la vivienda en las grandes ciudades descienda, mientras que el precio en los pueblos y en las ciudades medianas aumente ligeramente.

Además, los pueblos y las ciudades pequeñas verán sus economías reactivarse por este nuevo flujo de trabajadores razonablemente cualificados.

Las ciudades jamás desaparecerán. No lo han hecho en miles de años por su efecto red y no lo van a hacer ahora. Pero sí aumentará el porcentaje de personas que realmente quiere vivir en ellas, puesto que no será una necesidad por motivos laborales.

Por ello, aunque siga habiendo migración del pueblo a la ciudad, la velocidad a la que esto sucede (especialmente en los países desarrollados) será menor.

Otro punto interesante aquí es el de la ciudadanía virtual. Es algo que no tengo muy fichado, pero, siendo posible deslocalizarse con tanta facilidad (incluso entre países), la idea de ciudadanías virtuales, parciales y, en definitiva, distintas a las que conocemos hoy en día, es algo que me parece que irá en aumento. Espero innovación institucional a este respecto.

Como digo, es algo que no tengo muy mirado así que no tengo una idea clara, pero mis intuiciones van en esa dirección.

Por otro lado, y ligado, en cierta medida, a lo anterior, es lógico que los países compitan por atraer talento de diferentes formas (especialmente, aprovechando la fiscalidad).

Esto podría conducir a situaciones absurdas en las que los países incentivan que vengan de fuera para trabajar como freelancers en lugar de dar ayudas a los freelancers nacionales (algo que ya estamos viendo en Italia o Portugal).

Como esto es absurdo, es probable que se corrija apostando por competencia interna dentro de las naciones.

Sea como sea, es de esperar que, estando menos vinculados al territorio, o bien se inventen nuevas lógicas de fiscalización (no se me ocurre cómo podrían ser), o bien la fiscalidad se reduzca.

Mercantilización de los cuidados

Todo lo anterior lleva aparejado algo evidente que ya hemos apuntado: El trabajo, tal y como lo conocemos, bajará. Habrá más gente desempleada. O, vaya, más gente que no ejercerá los trabajos que hoy en día conocemos.

Evidentemente, surgirán otros derivados de las nuevas tecnologías y ahí se recolocarán algunas personas. Pero muchas menos de las que se quedarán sin trabajo por ellas.

Lo que sucederá con esas personas es que serán mano de obra liberada para ocupar otros puestos menos acuciantes hoy en día. La mayoría de ellos, relacionados con los cuidados.

Cuando se habla de mercantilización de cuidados lo normal es pensar en ecuatorianas cuidando a viejecitos a cambio de comida y techo. Pero lo cierto es que eso es lo que HOY es la mercantilización de los cuidados.

En el futuro, serán normales las amistades de pago (lo vemos ya en Japón) y los noviazgos de pago (lo vemos ya en la prostitución). Habrá muchos otros cuidados mercantilizados. Resulta difícil imaginarlos hoy.

Naturalmente, no creo que únicamente surja toda esta “industria de los cuidados”. Surgirán otros sectores donde se recolocarán esos trabajadores parados. Pero creo que la que más crecerá será la de los cuidados.

Huelga decir que la mercantilización de los cuidados conducirá a una mayor atomización social. La familia dejará de tener tanto sentido, pero también dejará de tenerlo, hasta cierto punto, el Estado, que, actualmente, se ocupa de algunos cuidados de los que ni familia ni mercado se encargan.

Esto puede tener terceras derivadas interesantes: Desde que la entrada de hombres en el sector propicie un aumento de esos salarios (cosa que hemos visto en otros sectores tradicionalmente feminizados) hasta que la mayor predisposición (cultural, biológica o ambas) de las mujeres a este tipo de trabajos conduzca a una mejora relativa de sus condiciones laborales frente a las de los hombres (ahora más precarizados por haber menor empleo).

Arqueología informática

La tecnología avanza a velocidades de la puta parra (este es el término técnico). Muchos de los que trabajan en tecnología se quedarán desfasados. Sin embargo, habrá un lugar de reenganche y reciclado para estas personas: La arqueología informática.

¿Sabes cuántos sistemas de empresas GIGANTES corren en Fortran o COBOL? Vale, no son muchos, pero son muy importantes. Y cada vez queda menos gente que domine esos lenguajes. Que parece que no, pero ya tienen más de 60 años.

Además, es algo que pasará con los lenguajes actuales, por la propia naturaleza del sector. Los nuevos lenguajes reemplazarán a los anteriores. Pero muchos sistemas seguirán funcionando con dichos sistemas.

¿Quién trabajará en la transición de unos lenguajes a otros? ¿Quién rescatará la información de bases de datos que hace décadas que no se utilizan? ¿Qué hay de todos esos datos en cintas, DVDs y demás soportes viejos?

Todo lo que tiene que ver con la arqueología informática tendrá un cierto auge. Es verdad que, por su volumen y características, no podrá emplear a muchísima gente, pero permitirá que trabajadores de edad avanzada se reciclen.

Contra IA

Otro sector que crecerá es el de lo que podemos llamar como “Contra IA”.

Toda tecnología es neutra, y, después, se utiliza para el bien o para el mal. La IA ofrecerá oportunidades que ni podemos imaginar en multitud de ámbitos, pero también se usará para cosas terroríficas.

Igual que GPT3 se puede utilizar para crear chatbots realmente funcionales, se puede utilizar para spamear a ancianas con una tasa de éxito muy superior a la actual. Igual que podemos revivir a Lola Flores para un anuncio con los deepfakes, podemos hacer que un presidente comunique el inicio de una guerra inexistente.

La que se puede liar con la IA es de la hostia. La carrera armamentística a nivel de seguridad informática lleva décadas con nosotros. Ahora, se suma la carrera armamentística de la IA (algo que, por lo demás, ya ha declarado Putin –no es que sea algo nuevo).

La cuestión es que, ante estos usos peligrosos de la IA, habrá que desarrollar contra IAs, capaces de detectar cuándo algo es falso.

Y no parece un desafío sencillo, teniendo en cuenta que las mejores IAs se entrenan con redes generativas adversarias, en las que una IA generadora se enfrenta a una IA encargada de detectar fakes y así es como mejora.

Anyway, no sé cómo se gestionará el desafío. Pero ahí habrá trabajo.

Realidad aumentada

La realidad aumentada también se generalizará, aunque no creo que se presente con gafas como las que pretendía sacar Google. De hecho, es más probable que surjan lentillas con realidad aumentada que gafas.

Sin embargo, mi apuesta va más bien por que la realidad aumentada esté implementada en los móviles. Con la cámara de éstos podremos obtener información de cualquier cosa que nos apetezca.

Esto multiplica sus opciones, porque facilita que cualquiera pueda ampliar la base de datos de información. La alternativa sería un sistema semejante al de las apps para esas gafas o lentillas. Serían ecosistemas más limitados. Me parece menos interesante.

Sea como sea, el acceso a tanta información en tiempo real será muy positivo en sí mismo, pero tendrá consecuencias difíciles de prever en las relaciones interpersonales, al no saber de qué información dispone el otro que tú no.

Esto puede darse a nivel económico. Por ejemplo, ir a un restaurante y con la cámara del móvil ver la calidad de la comida o semejantes. No sé cómo afectará esto a las relaciones comerciales, pero las afectará.

Por no hablar de si, finalmente, se generaliza la realidad aumentada en gafas o lentillas. Imagínate ver en tiempo real si a la chica con la que estás hablando le gustas o no haciendo uso de biometría aplicada a sus expresiones faciales.

Porque, claro, la otra persona no sabe si estás usando esa información o no. Hay ahí movidas moe goapas en las que se podría profundizar, pero, de primeras, me sugiere un aumento de la desconfianza mutua.

Realidad virtual

La realidad virtual probablemente tarde más en llegar, pero llegará. Probablemente su principal vertical de crecimiento sea el porno. A partir de ahí, se generalizará en ámbitos como el tratamiento de traumas en psicología, en enseñanza y, por supuesto, en ocio.

Apuesto por que, entre los adultos, la penetración será limitada, mientras que, entre los jóvenes, se generalizará enormemente.

En este sentido, apuesto por dramas familiares y por la percepción de la realidad virtual como una droga peligrosa. No veo viable que llegue a prohibirse, pero probablemente se regule fuertemente.

En cualquier caso, entre los jóvenes creo que se recrudecerá la disfunción online/offline en las relaciones interpersonales. La brecha entre nuestra personalidad online y offline se hará más patente y la reclusión en lo online (cada vez más parecido a lo offline) será creciente.

e-Sports

Nada nuevo. La tendencia ya se ve hoy y parece imparable. Los eSports estarán al mismo nivel que el fútbol o el baloncesto.

Esto hará que nuestra capacidad de concentración se vea aún más reducida (de nuevo, esta es una tendencia que vemos desde hace tiempo, nada nuevo). El propio auge de los eSports se deba, en parte, a esta menor capacidad de concentración y mayor necesidad de estímulos. Será algo que se retroalimente.

Además, por la propia naturaleza de los eSports frente a los deportes tradicionales, veremos un menor culto al cuerpo y menor respeto por el mérito en lo que a ejercicio físico se refiere.

Los deportes físicos, no obstante, aún tendrán la baza de que aguantan mejor el embate de las IA. Quizá por este lado se sigan valorando más los deportes físicos, casi como un último reducto de la superioridad de la humanidad frente a las IA.

Cambios en los modelos sanitarios

En el ámbito sanitario veremos mejoras espectaculares. No me voy a meter en aspectos muy concretos porque no es mi área y no sé si se curará el cáncer para entonces. No tengo ni puta idea. Pero tengo algunas ideas sobre modelos sanitarios. Más relacionado con economía, vaya.

En primer lugar, el papel de la inteligencia artificial en los diagnósticos será brutal. Áreas como la radiología y semejantes pasarán a estar copadas por IAs que ya hoy dan mejores resultados que los mejores especialistas.

Probablemente no sea algo 100% automatizado, pero creo que existirá algo así como empresas especializadas (y razonablemente centralizadas) a las que se refieran las historias clínicas y se devuelvan posibles diagnósticos o nuevas pruebas diagnósticas para aumentar la información necesaria.

Los médicos serán intermediarios entre esas IA y los pacientes.

Dependiendo de hasta qué punto esto se desarrolle, podemos llegar al caso en que las enfermeras cobren más que los médicos, porque su trabajo es menos reemplazable por su componente más manual y humano (recuerda, la robotización no acaba con los trabajos manuales, sino con los repetitivos –relacionados con patrones).

Por lo anterior, creo que se cumplirá lo que ya vemos en algunos países: La división de los hospitales, que siguen un modelo decimonónico, en dos tipos de hospitales diferentes. Uno dedicando al diagnóstico y otro dedicado a curas más “mecánicas”. Uno a donde vas si notas pinchazos en un pulmón y otro al que acudes si te rompes un brazo o si te han pegado una puñalada.

Probablemente, el segundo pase a depender del sector privado (es más barato, rutinario y predecible), mientras que el primero permanecerá en el ámbito público.

También creo que aumentará sustancialmente la medicina no orientada a la cura, sino a la mejora. Ya es algo en lo que se trabaja actualmente, e irá en aumento. Quizá sea algo que explote la sanidad privada (desde clínicas de medicina estética, por ejemplo).

Sea como sea, se aplicará. Y esto conducirá a una mayor brecha en la esperanza de vida entre ricos y pobres.

Exclusividad a través de NFTs

Cristina Carrascosa habló en Suma Positiva sobre NFTs. Hasta ese momento mi único acercamiento a estas vainas habían sido los Cryptoitties, y tampoco es algo en lo que haya profundizado mucho más.

Pero lo cierto es que me parece que hay un mercado interesante aquí.

Blockchain digamos que es una base de datos ineficiente. Por ello, en la inmensa mayoría de los casos, no es útil. Hay cosas en que esa ineficiencia compensa. Por ejemplo, es el caso del dinero.

No hay muchos otros ámbitos (al menos, a priori a mí no se me ocurren) en los que esa ineficiencia se vea compensada. Pero hay uno, aparte del dinero, en que sí se ve compensada. Incluso más que en el caso del dinero: En el caso del estatus.

Los NFTs no dejan de ser, por un lado, un potlatch llevado al extremo, y, por otro, un nuevo sistema de remuneración a creadores.

Ambas cosas (especialmente la primera) justifican el uso de un sistema como blockchain.

No sé si es algo que se puede montar sobre la blockchain de Bitcoin o si es necesaria otra o si mierdas técnicas varias. Pero creo que hay un universo de oportunidades interesantes en este ámbito.

Además, en una sociedad donde las relaciones e interacciones son cada vez más online que offline, tiene sentido el uso de NFTs. De hecho, en una sociedad donde las relaciones e interacciones son más online que offline, lo que deja de tener sentido es tener un Ferrari.

Si quieres follar, funciona mejor un skin único de Gucci para usar en el último mundo virtual de moda.

Cloud computing y share economy

No voy a profundizar mucho aquí porque ya llevo tela escrito y comenté el tema en esta niusleta.

La cosa es que todo apunta a que tanto el cloud computing como la share economy irá en aumento, lo que conducirá a que la propiedad privada y absoluta de las cosas (físicas y virtuales) irá en descenso.

Internet, de facto, será propiedad de una oligarquía empresarial. Los Facebooks, Amazons y Googles de turno.

Esto traerá problemas y disfunciones sociales, como el que mencioné aquí.

Pero no sólo sucederá con internet. De ahí se partirá. Pero, en el mundo offline, mucho de lo que tendremos será alquilado. Seremos usufructuarios, no propietarios.

De hecho, es algo de lo que nos estamos dando cuenta ya hoy. Y creo que habrá una respuesta. Minoritaria. Pero la habrá.

Y ese es el último punto.

Resurgir cypherpunk

Tiendo a pensar que el poder creciente entre las grandes tecnológicas, unido a la cultura blockchain que se está generalizando propiciará un resurgir cypherpunk y una apuesta por la cultura del internet y el software libre.

Se seguirán usando ciertos servicios de las grandes tecnológicas, pero, en grupos reducidos (no de forma generalizada), aumentará sustancialmente la conciencia sobre la privacidad y la importancia de la libertad en la red.

Junto a todas las tendencias anteriores, espero una cierta convergencia tradicionalista-cypherpunk. Esto quizá es más un deseo que una tendencia realista, pero ejemplos como el de Nick Szabo me hacen pensar que puede haber algo en esa dirección.

Grupúsculos que, gracias a la situación descrita en toda esta niusleta, ven posible cierto retiro tanto a nivel territorial (a los pueblos), como a nivel online (a soluciones descentralizadas y libres), como a nivel social (a estilos de vida más tradicionales o alternativos).

Todo ello, posiblemente, potenciado por el hecho de que el mayor poder de las grandes tecnológicas es de esperar que conduzca a una cierta cartelización de las mismas, con lo que eso supondrá de captura del regulador, proponiendo condiciones más invasivas para los usuarios e impidiendo las alternativas que no sean descentralizadas y libres.

Pero, insisto, esto quizá tenga más de deseo que de pronóstico real.

Y ya estaría. Tremenda turra.

sobre el autor

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Soy Antoño, el Gran Orangotán Cósmeco. Me gusta la política, la filosofía, la psicología, el marketing y los negocios. Si estás leyendo los contenidos de esta web, probablemente ya me odies. Si no es así, suscríbete a la lista de correos.

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