Hoy voy a contar por qué invierto en Bitcoin y un poco en Ethereum.
Pero antes quiero decir que esta y las tres siguientes niusletas están programadas a un mes vista porque estoy de vacaciones y quiero liberar tiempo para que el poco que tenga pueda dedicarlo a clientes.
Así que, si os parecen temas especialmente generales o sin relación con la actualidad, ya sabéis por qué es.
Pero volvamos al tema: ¿Por qué invierto en Bitcoin y un poco en Ethereum?
Antes de responder a esa pregunta quiero dar dos avisos:
- Para entender la propuesta de valor de Bitcoin y Ethereum se necesita saber mucho de muchas cosas (economía, teoría de juegos, criptografía, sociología, política, geopolítica, ingeniería informática…). Yo no sé prácticamente nada de prácticamente ninguna de esas cosas, así que esto NO son recomendaciones de inversión. Obviamente.
- Soy consciente de que esta niusleta va a despertar especial rechazo entre los maximalistas de Bitcoin (Bitcoin tiene un fandom de la hostia). Más que entre los nocoiners. Recuerden que estas son las razones por las que yo, que soy imbécil, invierto en Bitcoin. Seguro que tú tienes mejores.
Aclarado esto, decir que, actualmente, aprox un 10-15% de mi humilde patrimonio lo tengo en Bitcoin y Ethereum (90% Bitcoin, 10% Ethereum) y pretendo llegar al 50%.
Empecemos por Bitcoin. ¿Por qué invierto en esta cosa rara?
La primera razón para invertir en Bitcoin no es Bitcoin, es el dinero fiat. Llevamos apenas 50 años de experimento fiat y eso es nada en términos históricos. Existen muchas teorías económicas que hablan sobre ello y la mayoría apuntan a que es algo problemático y que, tarde o temprano, explotará.
Si a esto le sumas que, en la última década, la creación de dinero ha sido exponencial, la conclusión es que esos riesgos crecen, también, de forma exponencial. En esta situación hay dos posibilidades: O bien hay inflación oculta o bien no hay inflación y estamos en un entorno totalmente inexplorado y para el que no tenemos explicación clara.
Si es lo primero, un activo refugio, un dinero que conserve valor, es una buena opción. Si es lo segundo, también, porque la incertidumbre es histórica (por ser la primera vez en la historia en que estamos en esta situación).
En este punto, hay que elegir, ¿oro o Bitcoin? Aquí surge el primer problema de Bitcoin: El oro tiene más trayectoria a la hora de proteger contra la incertidumbre. Sabemos que funciona. Con Bitcoin no tenemos ese nivel de certeza.
Ahora bien, es una realidad que Bitcoin, si llegase a establecerse como un dinero al mismo nivel que el oro, tendría sustanciales ventajas respecto al oro.
Además, el oro sólo te permitiría mantener poder adquisitivo, mientras que Bitcoin, al estar en fase de monetización, lo ganaría.
En este caso, sacrifico lo lindy que es el oro por la apuesta asimétrica que implica Bitcoin.
Y lo de la apuesta asimétrica es la segunda razón por la que invierto en Bitcoin. La posible pérdida si se va a 0 sería dolorosa pero tolerable. En cambio, si se cumple el pronóstico más simple y probable (sustitución del oro), cada Bitcoin valdrá medio millón. Un upside de casi x20.
A partir de ahí, hay opcionalidad para que siga tirando hacia arriba si acaba generalizándose no sólo como reserva de valor sino también como medio de pago. Si Bitcoin sustituyese toda la masa monetaria que hay actualmente en el mundo, cada bitcoin valdría +5 millones.
Obviamente esto es muy improbable, pero todo el margen entre medio millón y cinco millones es recorrido al alza que *puede darse potencialmente*. Es opcionalidad. Eso sin contar que otras pajas mentales de los maximalistas fueran viables (cosa que yo dudo, de ahí mi interés en Ethereum).
La tercera razón por la que apostar por Bitcoin es empírica. En Occidente podemos permitirnos el lujo de discutir si Bitcoin es o no una opción. En los países tercermundistas con monedas débiles, no. Allí Bitcoin se extiende con cada devaluación.
Puedo esperar a que el euro y el dólar se vayan a la mierda como las divisas de esos países, o puedo tomar una posición ya y, cuando se vaya a la mierda (si se va, claro), beneficiarme de la subida que se produzca.
Sea como sea, es una realidad empírica que, en aquellos países con monedas débiles, Bitcoin crece. Es normal, es donde más claramente se puede ver su potencial y utilidad. En un entorno con moneda fiat fuerte y razonablemente gestionada (incluso con una inflación del 2% anual, ojo), esa utilidad de Bitcoin no se ve tan claramente.
Cuarta razón: Hay gente muy inteligente invirtiendo en él. Este puede parecer un argumento de mierda, pero no creo que lo sea. Si pudieras crear un ETF con las inversiones más comunes de las personas con +140 IQ y te indexaras, probablemente conseguirías una rentabilidad tocha.
Mi punto es: Creer que algo debe estar bien porque 10 o 12 personas inteligentes lo hacen, mal. Creer que algo debe estar bien porque 10 o 12 mil personas inteligentes lo hacen, bien.
Y más aún cuando buena parte de ellos son expertos en tecnología. A mí me da confianza.
En quinto lugar, me parece una apuesta ideológica y una forma de contribuir en la lucha anarquista. Una forma muy cómoda, lo cual ayunta dos importantes características mías: ácrata y vago.
Obviamente, si creyera que fuera a perder dinero, este motivo no sería suficiente (entre otras cosas, porque, si perdiera dinero, significaría que el proyecto ha fracasado y, por tanto, esa lucha ha fracasado).
Y la última razón es que te permite poner parte de tu patrimonio fuera de las garras del Estado. Hay problemillas luego para ver cómo gastas ese capital que tienes en negro, pero, bueno, siempre hay formas. De momento, evitar que te roben, es un buen punto.
Por supuesto, este punto, como el anterior, sólo tiene sentido en la medida en que los demás sean correctos y Bitcoin acabe valiendo algo, porque, si no, estás ocultando bits de información sin valor. Pero es un extra a tener en cuenta.
Ahora, ¿cuáles son los miedos que tengo invirtiendo en Bitcoin? Básicamente dos:
Primero: Que la gente prefiera el oro. Al fin y al cabo, es la reserva de valor que lleva usándose más de dos mil años. No es fácil competir con eso. Además, el oro funciona offline, algo que Bitcoin no tiene y que lo fragiliza. No obstante, Bitcoin tiene muchas ventajas sobre el oro, como dijimos antes.
Segundo: Que su cantidad sea limitada. Esto es algo que hace mucha gracia y le parece muy bien a la mayoría de bitcoiners pero, realmente, es probable que sea un problema. Si la oferta y la demanda de dinero no pueden acoplarse, pueden surgir desajustes económicos. No sé si se puede resolver con sustitutos monetarios u otros dineros.
Aclarado esto, ¿por qué invierto el 10% en Ethereum?
Hay, básicamente, dos grandes argumentos:
El primero es que no soy un súper entendido en todo lo que hay que saber para comprender bien y en profundidad estas movidas. Hay muchos maximalistas de Bitcoin que creen que sí tienen todos esos conocimientos y pueden afirmar sin temor a equivocarse que absolutamente todas las demás criptomonedas y tokens van a fracasar.
Yo, desde esa postura de humildad epistemológica, no lo tengo claro. Lo que veo es una comunidad potente de gente inteligente desarrollando movidas sobre Ethereum. Para mí eso es suficiente para destinar una parte de mi inversión a ello.
Asumir que sólo Bitcoin puede funcionar implica asumir que demasiada gente demasiado inteligente está haciendo demasiado el imbécil o está siendo demasiado malvada. Se me hace inverosímil.
Eso sí, reconozco que la elección de Ethereum es un tanto arbitraria. Podría haber elegido cualquiera de las que pretenden competir con él. Si elijo Ethereum es porque es la primera y tiene ese efecto red extra, nada más. Pero quizá mañana sea mejor Cardano, GEO o cualquiera de estas.
Asumo ese riesgo y por eso invierto una cantidad menor en ello que en Bitcoin, donde tengo claro que las demás criptomonedas que pretenden ser dinero no pueden competir.
La segunda razón por la que invierto una parte en Ethereum es que creo que lo que ofrece Ethereum puede ser necesario (aunque quizá no a los niveles que se espera –de eso hablo luego) y no puede funcionar sobre la blockchain de Bitcoin ni en capa 1 ni en capa 2 ni en capa n.
Muchas veces los maximalistas de Bitcoin critican Ethereum por sus características técnicas (límite de cantidad, tamaño de los bloques, tiempo entre bloques, etc) como si Ethereum pretendiese ser otro dinero.
Si así fuera, esas críticas tendrían sentido, pero es que Ethereum no pretende ser dinero y, por tanto, a mi juicio, no necesita tener características como las de Bitcoin.
Las características de Bitcoin son las idóneas para ser un buen dinero, pero son lamentables para el desarrollo de dApps y demás. Ethereum tiene características idóneas para el desarrollo de dApps, pero son lamentables para ser dinero.
Y está bien que así sea.
Hay otras críticas que hacen los maximalistas que sí están bien, claro, como las de que la cadena haya sido modificada o que no sea totalmente descentralizada.
Yo confío en que eso se corrija a futuro, simplemente.
No voy a meterme a desarrollar por qué creo que lo que hace Ethereum no puede hacerse en las siguientes capas de Bitcoin (o sí, pero sin ninguna ventaja). Para eso está tuiter. El caso es que no creo que sea viable, así que me parece razonable poner una parte del dinero en Ethereum.
El miedo que tengo con Ethereum es único y simple: No tengo claro que necesitemos todas esas dApps.
Me resulta poco viable que la inmensa mayoría de la gente se mueva en los próximos años a aplicaciones descentralizadas. Si sucede (y es Ethereum la que capitaliza ese proceso), Ethereum valdrá una pasta. Pero la probabilidad es baja.
Más bien creo que veremos algo parecido a lo que pasa ahora con los softwares open source y privados. Habrá mucho privado/centralizado y habrá soluciones alternativas abiertas/descentralizadas.
En definitiva, aunque estoy bastante menos seguro de Ethereum que de Bitcoin, me parece razonable ponerle un pequeño dinero por si acaba funcionando.
Y ya está. Por esto invierto en estas dos mierdas que no entiendo.